![]() |
Crédito: HBO |
“Going Clear: Scientology and the
Prison of Belief” es una de las cintas más sorprendentes que he visto en mucho
tiempo. El filme es un documental sobre la iglesia de la cienciología, una
institución rodeada por la polémica debido no solo a lo que propone como
creencia, sino a la manera que tiene de tratar a aquellos que pertenecen a
ella. Y esto va desde pedir cada vez más dinero a los miembros para ir
accediendo al conocimiento del creador del culto, L. Ron Hubbard, hasta
maltratos físicos y abusos psicológicos a todos aquellos que osen dudar de las
enseñanzas de la iglesia. Abusos cometidos, entre otros, por David Miscavige,
el mismo líder de la agrupación hoy.
Con abundante información, la película
presenta testimonios de conocidas personalidades (entre ellas, el director Paul
Haggis) que pertenecieron a la iglesia y que hoy no se cansan de denunciar sus
actividades. Actividades que no quedan en las descritas, sino que incluyen
hostigamientos a todo aquel que ose escribir algo malo sobre la cienciología, así
como claras denuncias de acoso a los ex miembros que hoy reniegan del culto,
pasando por la famosa desconexión, método que obliga a un cienciólogo a no
tener contacto con aquellas personas que la iglesia considera peligrosas para
sus intereses.
“Going Clear…”se dedica, con mucho rigor, a
mostrarnos como funciona una institución que tiene un funcionamiento mafioso. Y
lo hace alejándose del alegato o de la denuncia: lo que importan son los
testimonios y los datos de gente que estuvo metida en el culto y que, hoy por
hoy, no entiende de qué manera pudieron tolerar todo lo que vivieron. La
película, de esta manera, nos muestra hasta qué punto el fanatismo puede resultar
cegador, y lo hace mostrándonos los rostros y las palabras de personas que
pueden ser como uno, y que de alguna manera terminaron seducidos por un culto
que hace creer que tiene las respuestas para todo.
Pero lo aterrador no resultan solo los
hechos: quizá aquello que perturba más es pensar cómo gente inteligente pudo
haber vivido y tolerado ese ambiente casi fascista sobre el que se levanta la
cienciología. Ese es, quizá, el mayor misterio del filme: el poder de seducción
que puede ejercer la iglesia resulta casi sobrenatural. Muchas personas (desde
Tom Cruise hasta John Travolta, pasando por todos los entrevistados del filme) cayeron.
Y el filme es la crónica del lento y doloroso despertar de esa gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario