La iraní “Atomic Heart” es una de esas películas que se te quedan en
la memoria buen tiempo después de haberla visto. Quizá se deba a sus cambios de
tono; acaso a la frescura con la que plantea su propuesta. Una frescura que
pasa por distintos géneros: desde la comedia absurda hasta el cine de ciencia ficción,
con toque de thriller y cine de terror.
Dos amigas salen de una fiesta. En su carro (vaya novedad en
el cine iraní), conversan de cosas banales y escuchan música. Se encuentran con
un amigo. De pronto, se ven envueltas en un pequeño accidente que incluye a la
policía. Ahí, un misterioso hombre llega a ayudarlas. Y esa persona irá reapareciendo
durante toda la noche, volviéndose un ser cada vez más siniestro y
atemorizante.
Ali
Ahmadzadeh, el director del filme, es muy consciente del cine de su propio
país. Y, por eso, utiliza varios códigos que lo han caracterizado para
desarmarlos. Sí, los personajes paran en un carro y la cámara se fija en sus
rostros, pero hablan de temas llenos de referencias a la cultura pop (el
diálogo sobre “Argo” es notable), riéndose y divirtiéndose, como si
estuviéramos en una comedia juvenil. Pero lo que parecía que iba a mantenerse
en ese tono va mutando y cambiando, haciendo de la noche en Teherán un ambiente
cada vez más tétrico. La cinta se va alejando del realismo para ir adquiriendo
tonos más sombríos y pesadillezcos, siempre jugando con los géneros y yendo de
un lado a otro.
El
director transita en esos cambios de tono con fluidez, como si en ese
ambiente pudieran convivir el relajo con la tensión, la realidad con el sueño.
De pronto, la noche de Teherán se convierte en un lugar de otra dimensión,
donde todo puede ocurrir. La lectura política no puede ser ajena: el filme
ocurre en los finales del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, que fue
represivo y fundamentalista. Y, quizá, los personajes de “Atomic Heart” están
viviendo los estertores de una pesadilla que ya se está acabando. Y, como toda
pesadilla, todo se va volviendo más negro y más siniestro mientras ésta va
llegando a su fin.
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